jueves, 8 de octubre de 2015

'La Venus dormida'


  

Me seduce la muerte.
Su abismo.
Su misterio
Su quietud,
su nada envolvente...

Me seduce la muerte,
esa dama o caballero,
sin sexo,
sin cuerpo,
solo idealización existente.
Que vive en lo transparente,
en el aire
en el sin tiempo.

Me seduce tanto.
La vida como la muerte,
y todos sus secretos.

Me atrae la humanidad,
de los sentidos y sentimientos.
Eso que encierra el hombre,
dentro de su cuerpo.
Sus acontecimientos,
sus destinos, sus tormentos.

Ese órgano latente,
que marca sus fechas
que se alimenta
de esa licuable
y espesa,
roja escarlata  que fluyen
como caudalosos ríos,
por venas y arterias.

El conocer el lugar exacto,
donde esa diminuta luz
llamada "alma".
Se esconde
entre muros y torres
de sangre encarnizada.


Me seduce el hombre,
lo complejo de su anatomía.
Su mente.
El salvaje instinto,
que lo mueve.
Lo primitivo de sus reflejos.

Me maravilla su imaginaciòn
en el vuelo de sus sueños...
Y el amor que experimentan,
en su completo...
Las raíces  que germinan
de todo ello...
Me seduce en lo más ínfimo
de mi ser sediento...
                                                                 Hero NLorraine ***



Pintura:
'La Venus dormida' (1944), de Paul Delvaux
Edición: Hero NLorraine Sangraal***




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